miércoles, 2 de febrero de 2011

EL RITUAL DE LA PALABRA

   Cuando el silencio circula por los ríos de la sangre, un caudal de nostalgias nos invade el horizonte envejecido de misterios.
   Las raíces del tiempo postergan sensaciones, los murmullos se aquietan, hay demasiados sentimientos pugnando por aflorar, y en el vientre torpe de los espejos se engendran los fonemas. Nacen a borbotones, para quedarse, para inundarnos el alma, para liberarnos los miedos, en un ritual desconocido y necesario.





Pablo Neruda..."Las Palabras"

(...) Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras que cantan las que suben y
bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las
derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan,
se acechan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de
colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas
palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al
vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato,
las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas,
como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las
zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema,
como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la
ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó
de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y
que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo
que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto
ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor
apenas comenzada... Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los
conquistadores torvos (...). Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra... Pero a los
bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como
piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma.
Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Se lo
llevaron todo y nos dejaron todo... Nos dejaron las palabras.”

(PABLO NERUDA: “Las palabras”, en su libro de memorias Confieso que he vivido)





TODA PASA


Nada es igual luego de un dolor, ni siquiera la inquietante sensación de saber que este nos hizo crecer como ser humano. Andaremos un tiempo por la vida sin poder creer que nos pasó a nosotros. Que todo fue un sueño, un mal paso, tal primero nos enojemos con el otro, cuando en realidad nuestro enojo es con nosotros. Después lo pensaremos mejor y el paso del tiempo nos hará olvidar el dolor, aunque inconscientemente quedará guardado en un rincón para aflorar cualquier tarde de lluvia, o cuando escuchemos una música que nos identifique con el otro.
Algunos pueden creer que sienten odio, porque tenemos la falsa creencia de que lo contrario al amor es el odio, pero en realidad, no es así, la otra cara es el miedo. A la soledad, a sufrir, al engaño, al que dirán, a no encontrar otra persona en quien confiar.
Y cuando más intentemos olvidar más recordaremos, pero un día sin darnos cuenta descubriremos que aquella persona no era como la veíamos, porque estábamos deslumbrados y todo era más lindo.
Dicen que en cada persona buscamos un ideal que venimos elaborando desde la niñez y a veces no concuerda con la realidad.
De todos modos cada uno se dará cuenta a su debido tiempo. Todo pasa, por eso vivamos el hoy, con dolor o sin él, no sigamos pensando en el pasado, ni siquiera en  el día de mañana, porque eso nos impedirá vivir el presente. Y la vida merece ser vivida con toda su intensidad.
                                                                                                       R.L.


JUAN GELMAN

GOTÁN

Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.


 Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por última vez.



MACEDONIO FERNÁNDEZ

AMOR SE FUE

Amor se fue, mientras duró
de todo hizo placer.
Cuando se fue
nada dejó que no doliera.



VINICIUS

"SUSPENSIÒN"


Fuera de mí, en el espacio, errante,
la música doliente de un vals;
en mí, profundamente en mi ser,
la música doliente de tu cuerpo;
y en todo, viviendo el instante de todas las cosas,
la música de la noche iluminada.
El ritmo de tu cuerpo en mi cuerpo...
El giro suave del vals lejano, indeciso...
Mis ojos bebiendo tus ojos, tu rostro.
Y el deseo de llorar que viene de todas las cosas.




ALEJANDRA PIZARNIK

HIJA DEL VIENTO



Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.




                                        

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