martes, 8 de febrero de 2011

Constance Demby - Ocean Without Shores





DESCONOCIDOS


Dormita el canto .
de los cristales rotos.
Los pájaros se estrellan
en el brillo de tus ojos.
Tu mano detiene
la cuchara en el café.
Se contorsiona el humo
consumiendo la prisa.
Somos dos desconocidos
queriendo alargar
la despedida.
A lo lejos un canto
de amor salvaje
se estrella sin piedad
contra el silencio.
Sólo las miradas permanecen
columpiando intenciones.
Me levanto y me voy.
Ya no quedan más palabras.



AMOR

Cuando los surcos del adiós
se graban en la piel
y las miradas húmedas
trepan las cúspides
de antiguas insurrecciones
una palabra enraíza
la superficie del tiempo.
Cuando vestigios de ángeles
despiertan estrategias de cansancio
en caricias olvidadas
hay úteros de historias latentes
diluviando versos
y solo el amor
nos salva de la muerte.
© Rosa Lía Cuello

Quando os sulcos do adeus
se gravam na pele
e os olhares humidos
sobem ás cuspides
de antigas inssurreições
uma palavra enraiza
a superficie do tempo.
Quando vestigios de anjos
despertam estrategias de cansaço
em caricias esquecidas
há huteros de historias latentes
diluviando versos
e so o amor
nos salva da morte.

 
AMOR
Quand els solcs de l’adeu
es graven a la pelli les mirades gumides
trepen les cúspides
d’antigues insurreccions
una paraula s’arrela
a la superficie del temps.
Quand vestigis d’angels
desperten estratègies de cansea
en caricies oblidades
hi ha úters d’històireslatens
diluviant versos
i només l’amour
ens salva de la mort.
        Traducción al catalán:  Père Bessó


UN MISMO VIEJO SUEÑO

Entre el canto de los grillos y el ondular de la brisa hay un silencio que ronda la metafísica de los veranos. De estos días que aprendo a vivir con alegría, con nostalgias, con tu recuerdo que ronda, con tus manos que nunca me tocaron y me aprendieron de memoria.
Tu risa detenía los pájaros suicidas que solitarios se bamboleaban en la cúpula más alta de la existencia. Tus palabras acariciaban el alma fatigada de ausencias, pero a veces, te convertías en el kamikaze inconsciente de tu propia felicidad y te precipitabas hasta hacer añicos los cristales que iluminaban tus pasos.
Entonces, me convertía en  la luz que se entregaba mansamente para acariciar tu interior descolorido.
Ayer fuimos  ángeles de nuestro propio destierro desplegando alas para no caernos.
Después (siempre hay un después) volaste al sur o al norte, ya no importa. Igual en noches como éstas, cuando cerramos las persianas al mundo volvemos a encontrarnos para continuar el mismo y viejo sueño de la felicidad.
                                                RO-Febrero 2011



2 comentarios:

  1. Muy lindo como todo lo que escribes, mi querida Ro. Como aprendiendo a manejar y dejar manejar la propia existencia. Que lindas cosas haces sentir amiga. Felicidades!! continua reincidiendo con tus magicos poemas. Un beso.

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