Afuera la lluvia
oxida las tristezas.
Tus manos
inauguran cenizas invernales.
Evito hundirme en tu pecho
y transformarte
en mi último refugio.
Me desarraigo
recojo los harapos del recuerdo
y escapo.
Adentro
hay un reloj de sueños apagados.
Afuera
la piel gastada de un poema
me reclama.
de mi libro "Es todo el silencio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario